
Viajó a
Viena en el año 1850 para estudiar física práctica, matemáticas, química,
zoología, paleontología, botánica sistemática y fisiología vegetal, que incluía
las nuevas teorías celulares.
En 1854
Mendel se convirtió en profesor suplente de la Real Escuela de Brünn, donde se
dedicó de forma activa a investigar la variedad, herencia y evolución de las
plantas en un jardín del monasterio destinado a los experimentos. Entre 1856 y
1863 cultivó y estudió al menos 28.000
plantas de guisante analizando con detalle siete pares de características de la semilla y la planta. Gracias
a sus numerosos experimentos logró el enunciado de dos principios que más tarde
serían conocidos como leyes de la
herencia.
Informó de
sus hallazgos en una reunión de la Sociedad para el estudio de la Ciencias
Naturales en Brünn, y publicó sus resultados en las actas de dicha sociedad, en
el año de 1866. La importancia de sus hallazgos no fue apreciada por otros
biólogos de su época, y fueron despreciados por espacio de 35 años. Sólo obtuvo
el debido reconocimiento en 1900 por parte de tres investigadores, uno de los
cuales fue el botánico holandés Hugo de
Vries, y sólo a comienzos de 1930, se comprendió su verdadero alcance.
Mendel
falleció el 6 de enero de 1884 en Brünn, a causa de una nefritis crónica.